Lo que LaLiga puede enseñar al hostelero sobre liderazgo de equipos
Fin de semana final en LaLiga. El campeonato nacional llegó a su jornada 42, las celebraciones, las lágrimas y las despedidas recorriendo todo el país, vertebrado por lo que se crea sobre el tapete verde.
Seas aficionado al fútbol o no, quiero poner sobre la mesa las enseñanzas que nos muestra esta competición que lleva casi cien años disputándose. En su ideario, LaLiga habla de cuatro valores:
- “Haz que importe. A todos”.
- “Apunta alto. Sin miedo”.
- “Cree en el talento. Deja huella”.
- “Haz lo correcto. Siempre”.
Como persona y como empresario hostelero, los suscribo todos, pero quiero poner la lupa, esta semana, en uno de ellos: “Cree en el talento y deja huella”. A día de hoy, la gestión de talento es uno de los grandes retos del hostelero. En un contexto de escasez de personal en el que es difícil retener y cohesionar equipos y motivar a las plantillas, considero interesante aprender de ese valor de LaLiga, personificado en Carlos Corberán.
¿Quién es Carlos Corberán?
Así, a bote pronto, probablemente no os suene de nada. Incluso aunque seáis seguidores habituales de LaLiga. Carlos Corberán es la persona que entrena al Valencia CF desde hace, justo este fin de semana, sólo cinco meses.
El motivo por el que quiero hablaros de él es por el gran logro que ha conseguido a los mandos del equipo ché. Cuando Corberán cogió las riendas del Valencia CF, el equipo llevaba una temporada y un año nefastos. El histórico club estaba en puestos de descenso a Segunda División. De abril a diciembre, el Valencia había sido el peor equipo de toda España y la prensa local hablaba de “uno de los años más tristes de la historia del Valencia CF”.
El día de Navidad, el Valencia sorprende a todo el mundo anunciando el fichaje de Carlos Corberán tras ejecutar la cláusula de rescisión de su contrato y pagar 3 millones de euros al West Bromwich Albion FC. La apuesta fue muy arriesgada: contratar a un desconocido pagando la cláusula de rescisión en un momento crítico para la historia y la economía del Valencia CF.
¿Cómo resultó la apuesta por Corberán? Pues todo un éxito, abalado por las cifras:
- Puntos en las 17 jornadas previas a su llegada: 12
- Puntos en las 17 primeras jornadas de Corbéran: 30
- El Valencia ha pasado de ser colista cuando aterrizó su nuevo entrenador a acabar LaLiga jugándose la posibilidad de participar en las competiciones europeas la próxima temporada.
¿Y por qué os cuento todo esto?
Por la importancia de la gestión de equipos. El entrenador del Valencia CF ha conseguido crear uno de los mejores equipos de España en 2025 con los mismos jugadores con los que el entrenador anterior sólo fue capaz de estar colista y casi desahuciado. Imaginaos cómo debería ser el estado de ánimo de la plantilla cuando apareció Corberán por la puerta del vestuario de Mestalla las Navidades pasadas.
¿Cómo ha podido dar la vuelta a la situación en tan poco tiempo y qué cinco claves podemos extraer y aprender de estos meses de rotundo éxito?
- Hacer equipo dentro de equipo. Corberán no llegó solo al Valencia, trajo consigo a seis personas (asistentes, entrenador de porteros, preparador físico y ayudante en campo) especializadas en las distintas facetas del juego y de la preparación de los jugadores. Es muy importante que los líderes de un proyecto no vayan solos. Ya lo dice el proverbio: “Si quieres ir rápido, ve solo. Si quieres llegar lejos, ve acompañado”.
Qué importante es para el dueño de un restaurante crear un equipo de personas responsables de primer nivel. Evitemos al líder que descabeza una estructura, como ese encargado de un restaurante que se carga a los que le pueden hacer sombra y se queda con una plantilla de gente poco dotada. Esa (mala) táctica crea restaurantes que dependen de una sola persona y el encargado asume el rol de imprescindible y se jacta de ello delante del hostelero, de su jefe.
Hostelero, te aconsejo que huyas del perfil de encargado o jefe de cocina que no para de cortar cabezas, que no delega y que no hace equipo. Porque cuando esa persona se vaya, que se irá más pronto que tarde, te habrá dejado una plantilla rota y un problema enorme para los próximos meses.
- Al hilo de lo anterior, un buen líder se rodea de gente especializada que sabe más que él de cosas puntuales. Un buen manager de un restaurante o un buen hostelero gestor de su negocio debería determinar parcelas de responsabilidad y contratar gente potente que pueda tirar del carro y aportar, sin miedo a perder protagonismo.
Una vez hecho esto, la misión del líder es la de gestionar a esa gente que sabe más que él. El principal trabajo de un buen líder es gestionar equipos, no llevar bandejas porque “yo me arremango como nadie”. En una organización, cada persona tiene su rol, y el rol de un líder (de un jefe) no es el de ser uno más, porque, entonces, no habrá líder y la plantilla perderá la referencia.
- Trabajo en lo individual pensando en lo grupal. Una frase suya resume su filosofía en la gestión de equipos "la mejora del equipo en el campo siempre viene de la mejora individual". Para reflotar esa plantilla rota, se dedico a tener conversaciones individuales con cada uno de los jugadores y tomó decisiones individuales y personalizadas para sacar el mejor partido a cada jugador.
El más claro ejemplo es la transformación de Diego López, uno de los delanteros estrella del Valencia, a quien Corberán dejó en el banquillo en un partido y eso espoleó al jugador y marcó goles decisivos en las siguientes cuatro jornadas. Además, se sienta con cada jugador a repasar y a analizar, en vídeo, su último partido.
Un buen líder no tiene soluciones generales para su equipo, tiene una estrategia y una visión general para el equipo, pero entiende, motiva y marca objetivos para cada una de las personas de su plantilla.
En la hostelería se echan en falta más reuniones “uno a uno” entre hosteleros o encargados con cada miembro de su plantilla para escucharlos y crear un plan de mejora para cada uno de ellos. Esto hará que el equipo funcione mejor y que las posibilidades de retener a ese empleado sean mayores.
- Presta atención a los datos: Corberán y su stand repasan cientos de datos de cada partido, desmenuzan los 90 minutos en datos que les sirven para entenderse mejor a sí mismos, para diseñar estrategias y para marcar objetivos. Y no sólo eso, su fiebre por los datos llega al nivel de la individualización, con control de peso y análisis de sangre de los jugadores en su mejor estado físico.
El dato como base para tomar decisiones. Usar datos dirigiendo un restaurante hace que los objetivos empresariales se hagan tangibles. La mejora hay que medirla, los objetivos tienen que ser numéricos. Un líder de un restaurante debería tener su cuadro de mandos con distintos indicadores que forman parte del éxito del restaurante: ratios, ticket medio, rotación de mesas, beneficio…
Al mismo tiempo, debería compartir estos datos con las personas responsables dentro de su equipo para marcar objetivos específicos, medibles, alcanzables, realistas y de duración limitada en el tiempo.
- La importancia de la formación: os sorprenderá saber que Corberán es doctor en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte. Viendo su devenir académico, está claro que cree en la formación. Además, antes de ser primer entrenador, se pasó 8 años en distintos puestos técnicos, en equipos de varios países (Arabia Saudí, Chipre, Inglaterra, Grecia) y aprendiendo de entrenadores tan prestigiosos como Marcelo Bielsa. El entrenador empezó como futbolista en las categorías inferiores del Valencia y salió, se formó, mejoró y ha vuelto al club para ponerlo en lo más alto.
Es muy importante para un hostelero que quiere ser empresario y líder el salir de su zona de confort, de su entorno habitual, de sus cuatro paredes y ver cómo funcionan otras “casas” y otras empresas hosteleras. Quedarte anclado en tu mismo lugar acaba conllevando que todo se haga como siempre se ha hecho, que no te cuestiones otras maneras y otros métodos de trabajar y de dirigir. Es decir, da lugar al estancamiento.
Hostelero, huye de esos encargados o jefes de cocina que dicen “es que yo siempre lo he hecho así” o de esos que nunca quieren formarse o viajar o comer en otros restaurantes. Y, si eres tú el líder de tu proyecto, te recomiendo que amplíes horizontes. Se aprende mucho más de tu propio negocio cuando coges distancia y cuando ves cómo trabajan los demás en otras ciudades o países.
En resumen, el mismo equipo de jugadores era pésimo en manos de un líder y ha resultado ser exitoso e ilusionante en manos de otro, en este caso, Corberán. Sirva este ejemplo para resaltar y concienciarnos de la capital importancia que tienen las personas que dirigen equipos, ya seáis vosotros mismos o personas que habéis elegido para ellos en vuestros restaurantes, así como lo importante de tener magníficos líderes que sepan sacar lo mejor de un equipo.
¡Feliz y rentable quincena, amigos hosteleros!